VALENCIA (EFE) -- El Real Madrid salió derrotado en su visita al Levante en el Ciutat de València (1-0) en un partido que el conjunto madridista afrontó con diez jugadores desde la recta final de la primera parte por expulsión del alemán Sami Khedira y en el que no pudo con el orden de un buen rival que no desaprovechó su ocasión.
Aunque el Madrid empezó fuerte el partido y dominó al Levante en buena parte del primer tiempo, también es cierto que la meta defendida por el meta uruguayo Gustavo Munúa apenas pasó por situaciones de gran peligro ni en los momentos de mayor superioridad madridista y cuando aún tenía once jugadores sobre el campo.
Sin Cristiano Ronaldo en el once y con las novedades del brasileño Kaká y el alemán Sami Khedira, el Real Madrid pronto se hizo con el mando el partido y se volcó sobre la meta levantinista, que vio cómo se le anulaba un gol al francés Karim Benzema por fuera de juego a los ocho minutos.
A pesar de este dominio, las ocasiones del Real Madrid no eran muy claras ante un rival muy centrado en su labor de contención a costa de limitar su juego de ataque y basarlos en esporádicos contragolpes que apenas inquietaron a Iker Casillas.
Sin embargo, a la media hora de juego, el Levante le perdió el exceso de respeto al Real Madrid, logró liberarse de la fuerte presión inicial de los visitantes y buscó más el campo contrario, aunque en los metros finales se encontró con la eficacia de la zaga madridista.
A pesar de su superioridad, el Madrid vio cómo se le complicaba el partido a cinco minutos de llegar al descanso, en una jugada que se convirtió en clave para el desenlace del choque.
Fue una tangana entre ambos equipos que se saldó con un rosario de tarjetas, entre las que destacó la segunda amarilla para Khedira, por empujar a Ballesteros mientras éste recriminaba a Di María que permaneciese tumbado sobre el campo, lo que dejó al Madrid con diez y con toda la segunda parte por disputarse.
(Aquí les dejo el vídeo de la pelea)
Tras el giro que dio el partido con la expulsión de Khedira, Mourinho recurrió a Cristiano desde el inicio de la segunda parte y retiró del campo a Benzema y poco tiempo después quitó a un ineficaz Kaká para dar más consistencia a su ataque con la inclusión de argentino Gonzalo Higuaín.
Sin embargo, el Levante aprovechó su superioridad numérica para sacudirse el dominio del Real Madrid de la primera parte. A pesar de que la calidad del equipo de Mourinho trató de solventar la inferioridad numérica, lo cierto es que el Levante se prodigó mucho más en ataque y puso en aprietos a la defensa visitante.
Además, el centro del campo madridista, liderado por Xabi Alonso, no lograba poner orden a un partido que se le empezaba a poner cuesta arriba al Real Madrid.
Así, a los 67 minutos de partido en una de las llegadas levantinistas, quizá la más clara, Koné batía a Casillas desde dentro del área tras una buena jugada por la banda de Javi Venta.
Con el gol el equipo de Juan Ignacio Martínez mantuvo su orden en defensa y a la espera de lanzar algún certero contragolpe, ante un rival sin respuesta ni ideas para superar el entramado táctico local.
En el tramo final del partido, el Madrid acusó aún más la falta de un hombre. Fueron del Levante las mejores ocasiones para aumentar su ventaja, mientras que los cambios ofensivos de Mourinho no se tradujeron en situaciones peligroso para el uruguayo Munúa, que apenas tuvo que emplearse a fondo en el segundo tiempo.
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